AUTOR: José Bilbao Richter
PRÓLOGO: Gladys Abilar
José Bilbao Richter, dueño de un estilo innovador, austero y elegante, nos convoca una vez más al deleite de su lectura. Con la fuerza y el carácter que lo distingue va narrando, cual si tejiera un prolijo macramé, las escenas más descollantes y movilizadoras que sitúan a la protagonista de esta novela en la cima de la heroicidad femenina.
Su pluma vigorosa no titubea, da vida y reivindica a la imbatible Manuela Sáenz, en quien se funde el amor a la patria con el amor a su general Simón Bolívar en una explosiva sucesión de hechos independentistas que no conocen límites ni fronteras para el arrojo de sus fuerzas y donde cada acto lleva implícito la firma de la incondicionalidad.
Manuelita Sáenz es, desde el punto de vista de la doctrina del Pórtico de Zenón, toda austeridad con pleno dominio sobre la propia sensibilidad. Y así nos la muestra nuestro autor.
Dotada de un estoicismo casi panteísta que deja fluir la substancia en fuego sutil, a la vez materia y fuerza, ostenta una célebre moral, la que, fiel a ese estoicismo hace residir el bien soberano en obedecer sólo a la razón y en ser indiferente al placer o al dolor. Entregada por entero a su misión de guerrera con sobrados méritos y sin retaceos, logró que la figura de Simón Bolívar se acrecentara a la par de su propia grandeza. Su instinto de gran estratega y su coraje sin contornos la sitúan en la categoría temeraria de “Los Dragones Infernales” de Miguel de Güemes. Valga la comparación, pues estaba a la altura de los más avezados y temibles combatientes de la época.
Nos dice Bilbao Richter, haciendo uso de una elevada retórica, que no hubo escollos que detuvieran su tenaz peregrinar, ni enemigo que apagara su fuego visceral. Invencible, indómita llega a las puertas de un dramático final con un bagaje de hechos dolorosos que la ennoblecen, y se sobrepone a las heridas con la garra indeclinable, como se encallece el corazón de los valientes.
Latinoamérica está regada por la sangre de grandes guerreras que dignifican nuestra historia, de las cuales nuestro autor ha dado fe, y con enorme capacidad de amor y compromiso desenterró datos, desempolvó testimonios y reimplantó una realidad que necesitaba de su entrega. El arrojo con que esta apasionante y bella mujer transita y derrota los escollos de su amada tierra en pos de la independencia reivindica la máxima de San Martín “En defensa de la Patria todo es lícito, menos dejarla perecer”.
José Bilbao Richter domina el arte de conmovernos con un lenguaje acomodado a las circunstancias, de pronto enérgico, contundente y robusto como si narrara un malambo, o bien sutil, sensual y delicado como si de un minué se tratara. Su prosa, a veces finamente poética, se desliza en las páginas con la destreza y la elegancia de un ballet sobre hielo.
El amor, el respeto y el compromiso con que el autor aborda esta historia dan sobrada cuenta de su calidad humana y su indiscutible capacidad literaria y de investigador cabal.
Una novela que emociona y lastima. Emociona, la entrega infinita de este ser humano devenido en Coronel, la Libertadora del Libertador, Manuelita Sáenz, despojada de sí misma para brindarse a una causa superior. Y Lastima, regresar de estas páginas gloriosas que José Bilbao Richter entretejió como en un telar de fina urdimbre, para enfrentarnos con la mezquina realidad que nos acecha, donde la palabra Patria se debilita día a día y la vemos extinguirse en un horizonte casi invisible.
Con un estilo cautivante, un ritmo que no decae, y un léxico que enaltece el texto Bilbao Richter hace de esta novela una obra de extraordinaria belleza.