Gladys Abilar
Editorial Vinciguerra, Segunda edición 1993.
“La distancia entre ella y sus atacantes se acortó y un manotazo cayó sobre sus hombros. Bañada en llanto torció su rumbo para cruzar la calle. Una luz intensa lastimó sus pupilas al mismo tiempo que un fuerte impacto la arrojaba por los aires.”