AUTORA: Gladys Abilar
Bertha Bilbao Richter
PREFACIO
( Para padres, maestros y bibliotecarios)
Quienes transitamos entre otros un recorrido profesional dedicado a la formación de maestros del ciclo primario y en especial, la enseñanza de la literatura infantil a los futuros mediadores entre ésta y los niños, advertimos las tendencias impuestas por el mercado editorial o los persuasores ocultos sustentados quizás por ideologías o modas que consideran la literatura destinada a los niños como un ejercicio lúdico más, con sus componentes inocuos, gratuitos, banales y pasatistas a disposición de sus destinatarios y sin exigencia alguna de reflexión posterior; su correlato es la oleada antididáctica del tratamiento de este tipo de literatura. En las antípodas está el requerimiento de textos ficcionales dinamizadores de la imaginación y de la fantasía, pero así también de los procesos cognitivos y lingüísticos de los escolares: cuentos, novelas, poemas que propicien la construcción de esquemas mentales necesarios para anticipar situaciones, hacer previsibles los finales de los argumentos, ordenar secuencialmente las acciones, inferir lo no explicitado, reflexionar acerca de los comportamientos de los personajes, formular apreciaciones estéticas, hacer posible el conocimiento del mundo de una manera placentera y dinamizar la creatividad.
Las aventuras de Luninimar, de Gladys Abilar se inscribe en esta última tendencia de producción literaria, al reivindicar la indiscutible potencialidad educativa con una serie de cinco cuentos ligados entre sí por la pequeña protagonista : Lunimar visita un hormiguero, Lunimar halló un cachorro, Lunimar de paseo por el cielo, Lunimar en el fondo del mar y Viaje al interior de una flor. Su conjunto configura una novelita o un relato de aventuras. La niña es curiosa, sociable y traviesa, como todos los niños de su edad que desean conocer el mundo que los rodea; de ahí que la autora conseguirá de los lectores su identificación con la protagonista, en especial por su impulso a la aventura y por ese deseo de autonomía que se advierte en los niños de hoy.
En todas sus incursiones Lunimar va adquiriendo conocimientos de las ciencia naturales y acrecentando, en consecuencia, su vocabulario, mediante los diálogos que entabla con personajes de los ámbitos que poco a poco descubre y que las ilustraciones muy expresivas muestran con rasgos antropomorfizados para justificar su capacidad de habla, como las hormigas del primero de los cuentos. En el segundo de ellos, un cachorro abandonado es recogida y protegido por la pequeña y será su inseparable mascota hasta que por la valentía demostrada en un intento de robo, recibirá la aceptación de los dueños de casa y premiada con su permanencia en el hogar de la niña. Las aventuras en el universo y en el mar constituyen otro reservorio de saberes y fantasía y el último cuento, muestra el esquema de una azucena recorrida interiormente por Lunimar que se ha hecho diminuta por obra de la magia de un gnomo amigo. No está ausente, en consecuencia, la intertextualidad con los cuentos de hadas y con Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll y además, con los juegos de palabras de la literatura tradicional: “antenas- anteras” , “corola-corona” , “estambre-calambre” y los procedimientos de composición de palabras a partir de Lunimar que podría compararse con Glabilar, variación del nombre de la autora que se proyecta en la protagonista: “Cuando sea grande pienso ser escritora (…)”. Estos juegos pueden dinamizar composiciones con sílabas de nombres y apellidos de los lectores. Otra propuesta didáctica que ofrece implícitamente a los docentes este libro es el uso de los signos de puntuación, entonación y el guión de diálogo, el uso de mayúsculas y de algunas interjecciones; el uso de la lengua coloquial: la alternancia del uso del voseo en el cronolecto de la niña con el uso del pronombre en 2ª. persona en los personajes del cielo, por ejemplo. La condición de poeta de la autora se hace evidente en párrafos como aquel en que narra y describe la salvación de pichones caídos del nido y en aquellos otros en que la protagonista reflexiona sobre lo que ha concitado su atención o en sus ingenuos planteos éticos tan propios de la infancia, como la propuesta a las hormigas de comer solamente lo que ha caído al suelo.
Las aventuras de Lunimar ofrece , a través de la fantasía, un inestimable patrimonio de conocimientos enmarcados en valores éticos. Se trata de un texto narrativo interesante y atractivo en el que predomina la acción y que, además, ofrece modelos de conducta y vínculos de solidaridad en mundos y horizontes recién descubiertos por la protagonista.
Sus destinatarios, y solo a modo de orientación, son los niños que transitan la tercera infancia que corresponde al período freudiano de latencia: de los 7 a los 12 años, franja etárea de afirmación de sí mismos en que se busca el reconocimiento social y la evasión del limitado universo de lo cotidiano para explorar realidades lejanas y satisfacer la sed de información y de conocimientos, de ahí que este libro conjuga equilibradamente, elementos fantásticos y científicos con esa mesurada tensión cognitiva y emotiva que sugiere G. Petter.
Bertha Bilbao Richter
Nota: La Lic. Bertha Bilbao Richter es ex profesora de Didáctica de la Lengua y tuvo a su cargo Seminario de Literatura Infantil en la Escuela Normal Superior N° 1, 3 y 6 de la Ciudad de Buenos Aires. Es Miembro de la Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil.