DIARIO NACIÓN – RINCÓN GAUCHO

AUTORA: Gladys Abilar

GOLONDRINAS. DE CAPISTRANO A GOYA

RINCÓN GAUCHO, MARZO 2018

Las golondrinas son aves migratorias que van en busca de climas cálidos. Es por eso que al inicio del otoño en el hemisferio norte millones de golondrinas se reúnen en inmensas bandadas para surcar el aire hacia el hemisferio sur en busca del verano. Así llegan a Goya, provincia de Corrientes, sitio elegido por estas aves para anidar.

Cada año, en la misma fecha, ponen en marcha su plan migratorio. El viaje se inicia en su lugar de origen, San Juan de Capistrano, al sur de California entre Los Ángeles y San Diego el 23 de octubre, día de San Juan. Su nombre es famoso por la misión franciscana que lleva el mismo. Una antigua iglesia-monasterio es el sitio elegido por estas aves para anidar mientras dura su estancia primaveral por esas latitudes.

 El motivo de este comportamiento migratorio es de orden biológico: la reproducción de la especie en climas benignos. Al mismo tiempo aportan el beneficio de controlar y regular plagas y todo tipo de insectos de los cuales se alimentan con gran voracidad. La razón de ésta apetencia responde a la necesidad de almacenar grasa en sus tejidos que le servirá de reserva para el viaje de regreso. Durante los 30 días que dura el vuelo no comen ni beben ya que vuelan desde el amanecer hasta la puesta del sol.

En su larga travesía recorren alrededor de 12.000 km. en 30 días manteniéndose sobre el litoral pacífico. Vuelan durante las horas de luz a velocidad crucero y pueden hacer largas jornadas de vuelo, cerca de 15 horas diarias a 450 km. Alcanzan una altura de 2 km de la superficie terrestre para eludir depredadores y otros peligros, y aprovechar las corrientes de aire favorables. Considerando la misma distancia de regreso a Capistrano estarían cubriendo casi la vuelta al mundo. ¡Un milagro de la naturaleza!

“Vuela, vuela, vuela golondrina, vuelve del más allá. Vuelve desde el fondo de la vida, sobre la luz, cruzando el mar, cruzando el mar.”

El 24 de noviembre llegan a Goya. Allí se las recibe con grandes festividades y

homenajes junto al “Monumento de las Golondrinas” en la plaza San Martín, sitio elegido por estas avecillas para anidar. También lo hacen en el campanario de la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario, en Plaza Italia y en Isla Las damas que se encuentra frente a la Costanera de Goya. Estas aves son muy memoriosas, suelen volver al lugar donde han anidado la temporada anterior. Las hembras ponen entre 4 a 6 huevos y los incuban durante 12 a 17 días.

El regreso a Capistrano de las primeras golondrinas se repite con sorprendente precisión el 18 de febrero, arribando el 19 de marzo de cada año mientras las campanas del viejo monasterio franciscano repican sin cesar ante una nutrida concurrencia de turistas convocados para darles la bienvenida. Tardan 30 días exactos, que es el santoral católico de San José. Anidan en las ruinas de la misión fundada en 1776 por Fray Junipero Serra que data de más de tres siglos.

Amanecer del 18 de febrero. Las golondrinas en bandadas van dejando Goya. Su ruta sigue los valles de los ríos Paraná y Paraguay hasta arribar al lago Mirin, entre los límites de Brasil y Bolivia, siempre impulsadas por las corrientes dinámicas que producen las grandes masas de aire provenientes del Sur en dirección al Ecuador. Luego de alcanzar el lago Mirin las golondrinas se dirigen hacia el Oeste, rumbo a los valles de los Andes y el Ecuador, volando a mayor altura para beneficiarse de las corrientes de aire que se mueven hacia el Polo Norte. Una vez que han alcanzado el Golfo de México cruzan los Andes, y por el Yucatán sondean el Oeste y el Pacífico, para volar a lo largo de la orilla de Baja California y entrar en el valle próximo a San Juan de Capistrano, su destino final.

Este conmovedor gesto de la naturaleza inspiró a la escritora Marta de París, a promover la “HERMANDAD ENTRE CIUDADES”. La declaración fue firmada por los respectivos jefes comunales el 16 de Agosto de 1978.

“¿Adónde te irás volando por esos cielos, brasita negra que lustra la claridad?, detrás de tu vuelo errante mis ojos gozan la inmensidad, la inmensidad.”