DIARIO NACIÓN – RINCÓN GAUCHO

El 25 de diciembre de 1873 el pueblo de Atiles en Los Llanos de la Rioja, departamento Rivadavia, vio nacer a la máxima cultora de una nueva escuela: Rosario Vera Peñaloza.^. En 1948 fue rebautizado  como  Departamento Juan Facundo Quiroga, en reivindicación al caudillo riojano “tigre de los llanos”.

Descendiente de una familia de pura estirpe riojana, Rosario era la nieta de Francisco Nicolás Vera y Herrera y bisnieta de Nicolás Peñaloza, abuelo éste del general Ángel Vicente “Chacho” Peñaloza.  

Fue la menor de cuatro hermanas. Huérfana de  pequeña quedó bajo el cuidado de sus tías quienes la enviaron a San Juan para cursar la escuela primaria. A los 11 años regresó a su provincia junto a su tía Jesús Peñaloza de Ocampo. En 1884, dos maestras estadounidense traídas por Sarmiento fundaron la Escuela Normal de La Rioja, donde Rosario realizó los estudios secundarios y cursó la carrera de magisterio. Continuó sus estudios en Paraná en el Profesorado Superior de Enseñanza donde fue alumna de Sara Eccleston. Se recibió a los 21 años. En esta ciudad litoraleña comenzó su ejercicio en la docencia destacándose por su talento y su carácter firme y decidido.

Sus grandes desvelos fueron La Reforma Escolar Argentina, los Jardines de Infantes y la Formación Docente. Educadora y pedagoga, precursora del trabajo manual para el desarrollo de las habilidades prácticas en los niños, sufrió persecuciones y cesantías. Al respecto dijo: “Siempre es lenta la marchas de las ideas nuevas”. Ejerció numerosos cargos docentes en todo el país. Recorrió Argentina impulsando la enseñanza. Fue Inspectora de las escuelas municipales. De su permanente quehacer docente emanaron 25 libros, cursos para docentes, tareas asistenciales, cátedras de pedagogía y matemática, nuevas técnicas didácticas en los jardines de infantes, creación de innumerables bibliotecas, dictó conferencias. Basada en el sistema Pestalozzi, Froebel y Montessori elabora un estudio comparativo y funda en la escuela Argentina Modelo un museo pedagógico con fines didácticos. Lucha sin pausa por brindarle al niño la mejor enseñanza en una cruzada por derrotar la ignorancia, perfeccionando a los maestros con el aporte de reconocidos pedagogos extranjeros. Inagotable fundadora de jardines de infantes, escuelas y museos en todo el país, ve  cristalizado su mayor tributo a la Patria con la creación del Museo Argentino para la Escuela Primaria y Pre-escolar, Félix Bernasconi en 1931, basado en la teoría pedagógica de Joaquín V. González.

Partidaria del positivismo pedagógico, y bajo el concepto de Círculos Concéntricos con eje en la geografía, considera primordial la presencia del hombre en la naturaleza, figura que se desarrolla en  la obra de J.V. González.

Sembradora del bien y el saber, Junto al Dr. Carlos María Biedma y otros, fundó la Escuela Argentina Modelo en 1918 y difundió con amor su propio credo: Creo en el amor a la Patria, que inspiró a nuestros próceres para darnos independencia y libertad, y en la bandera celeste y blanca que no será abatida mientras palpite un corazón argentino.

Maestra insigne, nos legó su Decálogo Patriótico que quedará grabado para siempre como lo hicieran las Máximas sanmartinianas.

El poeta Félix Luna escribió el poema “Rosarito Vera, maestra”, y el pianista Ariel Ramírez compuso una zamba sobre esa letra. Donó todos sus bienes a la entidad Nacional, Provincial o Privada. De su beneficio se fundará una escuela politécnica en Malanzán orientada a despertar vocaciones y aptitudes a la niñez.

Mujer emblemática, fue homenajeada con un sello postal. En su honor cientos de escuelas en el país llevan su nombre y también una calle en Puerto Madero. El Instituto Sanmatiniano le otorgó un premio póstumo por su Credo Patriótico y una condecoración por el texto adaptado para niños “Vida del General San Martín”.

El 28 de mayo, fecha de su fallecimiento, se declaró “Día Nacional de los Jardines de Infantes” y “Día de la Maestra Jardinera” por Ley 27.059.