COMERCIO SIN MAQUILLAR.

TÍTULO: COMERCIO SIN MAQUILLAR

AUTORA: Gladys Abilar

Mario trabajaba en una funeraria. Se ocupaba de maquillar cadáveres y prepararlos para el velorio. Esa mañana irrumpió intempestivamente Juan, el dueño de una funeraria vecina:

-¡Estoy desesperado! Anoche entraron y se robaron todo. ¿Tienen alguna noticia?  ¿Escucharon algo?

– No, nada… calmate Juan, en estos tiempos los robos son frecuentes. El seguro te lo cubre.

– Ese no es el problema. Se llevaron el féretro con un muerto, nada menos que el hermano del juez y hoy lo tengo que velar. ¿Qué le digo a la familia? ¡Qué desprestigio para mí!

– Qué macana… Mirá,  yo tengo un cuerpo en preparación para mañana. Te lo alquilo.

– ¿Qué? ¡Es una broma! ¿Creés que no se van a dar cuenta? ¡Estás loco!

– Oíme, soy maquillador y sé “arreglar” caras. Te lo llevás, salís del apuro y luego me lo traés.

– Dale. Acepto. ¿Cuánto me va costar…?

– Después arreglamos. Traeme una foto. ¡Rápido!

El velorio se desarrollaba con normalidad. La viuda lloraba, los hijos también.

Sonó el timbre, salieron a ver. En la vereda yacía una funda negra con el marido de la viuda adentro.